Cuando se propuso hacer una exposición colectiva y tomando como tema a las personas que representan a Mar del Plata, muchos fueron los interesados y muchas más las propuestas. Hoy por los presentes y los ausentes, me alegro.Mas allá de lo técnico, el hecho de fotografiar personas implica en algunos casos, algo más.
Elegir a alguien para que sea representante de uno mismo es más difícil de lo que parece (creo innecesario citar ejemplos).
Es casi imposible observar a alguien detenidamente y no encariñarse. Y al que dude, le sugiero que observe en detalle y lentamente a otro ser humano, y que resista porque al principio cuesta, luego sorprende.
Hay una extraña reticencia en nuestra especie a reconocernos como similares. De esta malformación cultural han vivido cientos de miles de aprovechadores a los que hoy el sistema rinde culto y su proliferación fomenta.
Sea esta la prueba de que aún queda gente sin miedo a observar profundamente en sí mismos y en sus congéneres.
A mis afectos, que no son pocos.
Julián Rodriguez